Programa actual 23-24

Programa actual 23-24

Este es el programa más reciente que hemos ensayado y que vamos a cantar en los próximos conciertos.

TOMÁS LUIS DE VICTORIA (1548-1611). Piezas marianas

 

Quam pulchri sunt (a 4 v)

Esta pieza está compuesta sobre un texto del Cantar de los Cantares y habla de distintas cualidades de la amada, trasladadas a María. Está llena de emoción y alterna el uso de la imitación extremada con pasajes verticales que dan fuerza a los cambios de atribuciones a la Virgen en el texto.

 

Gaude, María Virgo (a 5 v)

Esta pieza está compuesta para la fiesta de Purificación de la Virgen, también llamada de la Candelaria, que se celebra el dos de febrero. Es un canon a unísono de dos sopranos, completado por tres voces contrapuntísticas. Solamente se rompe el canon para el final con el Aleluya.

 

Vidi speciosam (a 6v)

Motete compuesto para la festividad de la Asunción. Es una obra con una gran fuerza por la alternancia de contrapunto con pasajes verticales con un uso muy moderno de la armonía, utilizando un sencillo cromatismo. El texto es muy lírico que Victoria realza con la repetición y el contrapunto que se desprende del sentido del texto.

 

Nigra sum sed formosa (a 6v)

Motete para 6 líneas vocales, compuesto para celebrar la Purificación de la Virgen María. Está basado en un texto del Cantar de los Cantares (1:5) en el que el amor del hombre por su esposa simboliza el amor entre Dios y el pueblo de Israel; la iglesia católica lo traslada al amor de Cristo por su Iglesia. Entre todas las obras de este programa es la pieza que posee un tratamiento más similar al madrigal, representando con motivos musicales muy acusados algunas de las ideas que tiene el texto.

 

 

Antífonas marianas

Las cuatro antífonas marianas son oraciones dedicadas a la Santísima Virgen María, que se cantan o recitan al final de la hora canónica de Completas. También se pueden cantar al final de la Santa Misa y por ello forman parte de distintos momentos litúrgicos. Las cuatro antífonas compuestas por Tomás Luis de Victoria son para ocho voces:

 

Regina Caeli

Antífona compuesta para la fiesta de la Resurrección a manera de felicitación a María por la resurrección de su hijo. Destaca la alegría intensa reflejada en imitaciones muy breves y muy insistentes, así como la influencia de los intervalos de la melodía gregoriana.

 

Ave Regina Caelorum

Pieza para dos coros, tiene un diálogo muy contenido entre ambos que se abre plenamente en su profundo e intenso final.

 

Alma redemptoris mater

Antífona que alude a la Anunciación. Se alternan partes armónicas, casi sin contrapunto, con otras imitativas muy complejas, superponiendo dos motivos distintos en cada una de ellas.

 

Salve Regina

Es una de las obras culmen del Renacimiento. Dividida en 7 partes, cada una de ellas tiene una cualidad distinta según la expresión, anticipando un poco en este sentido contrastante la agrupación de piezas que se hará posteriormente en el Barroco. Alterna partes a 4 y a 8 voces.

 

Ave María a 8

Motete compuesto para la Anunciación de la Virgen María, en el tiempo de Adviento. Es una obra a dos coros que dialogan alternándose o superponiéndose, consiguiendo momentos de una gran intensidad. Victoria utiliza los primeros intervalos del gregoriano del Ave María modificando su duración y ritmo para la primera frase. Los valores largos iniciales, dan una gran profundidad al diálogo y crean el espacio para una gran forma absolutamente equilibrada.

 

 

Magnificat sexti toni a 12

Magnificat que pertenece al libro de polifonía que Victoria publicó en 1600 en la Imprenta Real de Madrid (que también contiene la antífona mariana Alma redemptoris mater). En este libro aparecen dos novedades: la primera es la concepción policoral de las piezas a 2 y 3 coros que podían ser ser sustituidos o acompañados por instrumentos tocados por ministriles. La segunda novedad es que aparece una parte de órgano con el fin de acompañar a uno de los coros (generalmente el primero) cuando no había suficientes voces.

 

 

Textos y traducciones

 

Quam pulchri sunt

Quam pulchri sunt gressus tui, filia principis!
Collum tuum sicut turris eburnea. Oculi tui divini

et comæ capitis tui
sicut purpura regis.
Quam pulchra es
et quam decora, carissima! Alleluia

¡Qué hermosos son tus andares, hija de príncipe!
Tu cuello, como una torre de marfil. Tus ojos divinos
y los cabellos de tu cabeza
como la púrpura regia.
¡Qué hermosa eres
y qué armoniosa, queridísima! Aleluya.

 

Gaude, Maria Virgo

Gaude, Maria Virgo: cunctas haereses sola interemisti
in universo mundo. Alleluia, alleluia.

Alégrate, Virgen María, sólo tú has destruido todas las herejías
del mundo entero. Aleluya, aleluya.

 

Vidi speciosam

Vidi speciosam sicut columbam ascendentem desuper rivos aquarum:
Cuius inaestimabilis odor erat nimis in vestimentis eius. Et sicut dies verni, flores rosarum circumdabant eam, et lilia convallium.

Quae est ista, quae ascendit per desertum sicut virgula fumi, ex aromatibus myrrhae et thuris? Et sicut dies verni, flores rosarum circumdabant eam, et lilia convallium.

La vi hermosa, como una paloma, remontado los arroyos de agua.
El aroma de sus vestidos era incomparable,
y, como los días de primavera, las rosas y los lirios de los valles la rodeaban.

¿Quién es ésta, que sube por el desierto como rama sahumada con perfumes de mirra e incienso?
Y, como los días de primavera, las rosas y los lirios de los valles la rodeaban.

 

Nigra sum, sed formosa

Nigra sum, sed formosa
filia Hierusalem,
ideo dilexit me rex,
et introduxit me in cubiculum suum et dixit mihi surge, amica mea, et veni

Iam hiems transiit, imber abiit et recessit flores apparuerunt in terra nostra
tempus putationis advenit.

Morena soy, pero hermosa,
hijas de Jerusalén.
Por eso el rey me ama
Me introdujo en su cámara me dijo: Levántate, amiga mía, y ven,

Ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia, han nacido las flores en nuestra tierra,
ha llegado el tiempo de la poda.

 

Regina cæli

Regina cæli lætare, alleluia,
quia quem meruisti portare, alleluia, resurrexit, sicut dixit, alleluia.

Ora pro nobis Deum, alleluia.

Reina del cielo, alégrate, aleluya;
porque el que mereciste llevar en tu seno, aleluya, ha resucitado como había predicho, aleluya.

Ruega por nosotros a Dios, aleluya.

 

Ave Regina cælorum

Ave Regina cælorum,
ave Domina angelorum, salve radix, salve porta ex qua mundo lux est orta.

Gaude, Virgo gloriosa
super omnes speciosa;
vale, valde decora,
et pro nobis Christum exora.

Ave, Reina de los cielos;
ave, Señora de los ángeles;
salve, raíz; salve, puerta,
de la cual nació la luz para el mundo.

Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella. Te saludo, la más hermosa,
y ruega a Cristo por nosotros.

 

Alma Redemptoris mater

Alma Redemptoris Mater quæ per via cæli porta manes et stella maris,
succurre cadenti surgere
qui curat populo.

Tu quæ genuisti
natura mirante,
tuum sanctum Genitorem, virgo prius ac posterius, Gabrielis ab ore
sumens illud Ave, peccatorum miserere.

Vivificadora Madre del Redentor, que eres la puerta de acceso al cielo y la estrella del mar,
socorre al pueblo que cae
e intenta levantarse.

Tú, que engendraste
con admiración de la naturaleza a tu santo Creador, siendo virgen antes y después, cuando de la boca de Gabriel acogiste aquel «Ave», apiádate de los pecadores.

 

Salve Regina

Salve Regina mater misericordiæ,
vita dulcedo et spes nostra salve.

Ad te clamamus, exsules filii Hevæ.

Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia ergo, Advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte.

Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exilium ostende.

O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria.

 

Salve, Reina madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, salve.

A ti clamamos los desterrados hijos de Eva;

a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,

y después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!

 

Ave Maria

Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum: Benedicta tu in mulieribus,
et benedictus fructus ventris tui Jesus Christus.

Sancta Maria, regina caeli dulcis et pia,
O Mater Dei
ora pro nobis peccatoribus, ut cum electis te videamus.

Ave María, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesucristo.

Santa María, reina del cielo dulce y piadosa, Oh, madre de Dios
ruega por nosotros pecadores,
para que entre los elegidos te veamos.

 

Magnificat sexti toni

Magnificat, anima mea, Dominum

et exultavit spiritus meus in Deo, salutari meo.

Quia respexit humilitatem ancillæ suæ:
ecce enim ex hoc beatam me dicent omnes generationes.

Quia fecit mihi magna, qui potens est, et sanctum nomen eius,

et misericordia eius a progenie in progenies timentibus eum.

Fecit potentiam in brachio suo,
dispersit superbos mente cordis sui.

Deposuit potentes de sede et exaltavit humiles;

esurientes implevit bonis et divites dimisit inanes.

Suscepit Israel puerum suum recordatus misericordiæ suæ,

sicut locutus est ad patres nostros, Abraham et semini eius in sæcula.

Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto:

Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in sæcula sæculorum. Amen.

Mi alma canta la grandeza del Señor

y mi espíritu se llena de gozo en Dios mi Salvador.

Porque supo ver la pequeñez de su esclava,
desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz.

Porque el Todopoderoso ha hecho grandes cosas en mí, Su Nombre es santo

y cuya misericordia se derrama de generación en generación sobre quienes lo temen.

Hizo alarde de la potencia de su brazo; deshizo las miras del corazón de los soberbios.

Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes,

colmó de bienes a los hambrientos y a los ricos los despojó dejándoles sin nada.

Atendió a Israel su pueblo por su misericordia,

según la promesa que hizo a nuestros padres, Abraham y a su decendencia por los siglos de los siglos.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y al Espíritu Santo,

como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.Amen.